El
ser humano juzga, califica en su escala de valor y etiqueta.
Los hechos que se relatan a continuación sobre los personajes del post, podrían guardar similitud con posibles realidades establecidas como ejemplo de casos prácticos.
Estos hechos únicamente serán producto de suposiciones o meras coincidencias con la realidad.
Ningún hecho de los aquí mencionados podrá ser atribuido a personas reales vivas o no, identificadas o identificables.
Bueno
o menos bueno:
Yo
iba con mi tripita, lara, lara, larita a casa de MisBenita, para hacer su comidita y dar a su maridito una pomadita en la carita.
Con
mi enorme tripita, yo diría tripona, lará lará larona.
Y mi hijito dentro de mi
muy contento y feliz como una perdiz.
Don
ReBueno, que era muy sabio y re listo, estaba
acostumbrado a zurrar a su esposa como había hecho siempre cuando se le inflaba
la vena verbena, Re buena.
Con
mucha astucia disimulaba y a penas se le notaba, era simpático y dictador, vamos
todo un primor.
MisBenita tenía moratones, y arañazos, muchas veces en
los brazos, ella decía que se caía, ¿creéis a caso que lo merecía?
MisBeníta, primorosa esta vez se rompió un brazo, y don ReBueno, con su
dedo en la boquita hacía continuamente ese gesto obsceno.
Este
día que os menciono y jamás podré olvidar, el gesto fue violento, a penas un
movimiento.
Como
un gancho zurdo en la distancia de 4 palmos, me aparté de un rebote como don Quijote sin Sancho panza, ¡valla danza!
De abajo pa arriba, todo un izquierdazo, ¡que
carajo!
Pobrecito
el abuelito es muy mayor Bon Re bueno, que bueno.
Para él es muy normal, es lo que ha hecho
siempre.
Lo
hacía con veinte y con treinta y porque
no con ochenta y noventa.
Soy muy viejecito y despierto en la gente pena, pena de la buena.
Primoroso y muy celoso, yo diría maravilloso.
Mil
gracias Don ReBueno por enseñarme tanto.
Autora:
Elena Ortés.
Coach sanitaria, Experta en gerontologia.